AULA INVERTIDA O FLIPPED CLASSROOM

Este modelo pedagógico pretende remover el tradicional modelo de enseñanza desde los cimientos. Normalmente, el profesor tiene un papel protagonista en clase, donde expone el tema mientras el alumno toma contacto con los nuevos conocimientos y después se realizan tareas individuales de asimilación en el tiempo restante de clase o fuera del aula.

Sin embargo, el modelo de aula invertida le otorga el papel de protagonista al alumno. Su aprendizaje es mucho más activo, ya que antes de clase toma contacto con los nuevos contenidos mediante el uso de las TIC. De este modo, no se "desaprovecha" el papel del profesor en una exposición que ya pueden recibir con anterioridad, sino que en el aula reciben el feedback del docente, que les sirve de guía y evaluador, mientras se comparten ideas y materiales con el resto de compañeros. De esta forma, se consigue un aprendizaje significativo y motivador. El alumno toma las riendas de su propio aprendizaje, ya que es responsable de utilizar previamente los recursos ofrecidos e investigar en otros nuevos y, más tarde, participar activamente en clase para compartir y seguir afianzando sus conocimientos, desarrollando también el trabajo colaborativo.

En la imagen anterior, podemos ver la pirámide de la taxonomía de Bloom, que sistematiza el proceso de adquisición de conocimientos y habilidades. Con el modelo tradicional, en clase se trabajan las unidades de pensamiento inferiores: comprender y recordar y, con suerte, aplicar. Después se deja al alumno el resto de tareas a realizar fuera del aula. En la mayoría de los casos, no se llegan a trabajar las unidades superiores de pensamiento, sin conseguir un aprendizaje significativo y duradero, cayendo en los aprendizajes memorísticos que se olvidan después del examen. Con el modelo de aula invertida, se pretende conseguir ese metaaprendizaje y metacognición, trabajando en el aula las unidades superiores de pensamiento.